Normalmente el glaucoma se da por un aumento de la presión intraocular (PIO). Ésto se debe a que el ojo tiene dificultades para drenar el humor acuoso (un líquido localizado en la parte anterior del ojo), de manera que si el drenaje es inferior a la producción de humor acuoso se genera una presión interna en el ojo superior a la normal y ésto provoca un aplanamiento en la parte posterior del ojo, justo en el nervio óptico, que es nervio que transmite la información al cerebro. Existen otros factores para que se produzca el glaucoma, pero éste es el más generalizado.
Aquí podemos ver una comparación:
El gran problema del glaucoma es que el paciente no percibe ningún síntoma y cuando se da cuenta, el daño ya es notable. Con una excepción, el ataque de glaucoma agudo, donde el ojo se enrojece y el dolor es tan intenso que el paciente acude directamente a urgencias.
El riesgo a sufrir glaucoma aumenta si se tienen antecedentes familiares, se tiene más de 60 años, en altas miopías o si existen otras enfermedades oculares.
Para una detección precoz lo conveniente es realizar una tonometría (medición de la presión intraocular) y examinar el fondo de ojo cada uno o dos años.
Los oftalmólgos disponen de todo el equipamiento necesario y algunas ópticas ofrecen este servicio y lo utilizamos como screening o criba primaria para ver si existe algún problema y luego derivar al oftlamólogo si se detecta algún signo sospechoso. Para ello se utilizan los tonómetros de aire y oftalmoscopios.
En nuesto caso utilizamos un tonómetro de Rodenstock y el oftalmoscopio Panoptic de Welch Allyn, que ofrece un mayor campo de visión.
Así que ya sabes, ante cualquier duda pregunta a tu profesional de la salud visual y no olvides revisar tus ojos.
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